Reportaje sobre experiencia de navegación en el Lago Alqueva con Amieira Marina (parte 4/5)

3º día de viaje – Contratiempo con final feliz y escala en Mourão

Lago Alqueva - Alentejo - PortugalEl tercer día comenzó con dificultades. Una de nuestras amigas se encontró mal de repente y tuvo que tomar un taxi en el embarcadero de Campinho (al que llamaron desde la propia oficina de Amieira Marina) para visitar el centro médico de Reguengos de Monsaraz. Y como allí los medios no eran suficientes hubo que recurrir el hospital de Évora, a una media hora de distancia. Por fortuna los dolores remitieron y por la tarde tanto ella como su pareja pudieron incorporarse de nuevo al Estrela I. Bien que nos alegramos todos además. Su aportación al grupo era fundamental.

 

 

Carruaje en Mourao (Alentejo, Portugal)Con el equipo en cuadro, sólo cinco, pospusimos la visita a Monsaraz una jornada más y nos marchamos directamente a Mourão, una villa con castillo en lo más alto y que se encontraba a tan sólo 8 kilómetros de la frontera española (cogíamos cobertura móvil y 3G en muchos momentos). El camino del embarcadero al pueblo es de algo menos de media hora a paso lento. Suficiente para percibir la atmósfera de autenticidad y sencillez en esta zona del Alentejo. Como si fuera incapaz de seguir los tiempos del calendario y avanzara mucho más despacio para fortuna de quienes amamos lugares así.

Mourao (Alentejo, Portugal)Hacía varios meses que había visitado Mourão en una ruta por algunos de los castillos más bellos del Alentejo, pero tengo que reconocer que en esta ocasión me supo mejor. Quizás porque disfrutamos de un clima más agradable, de mucho más tiempo y también porque en Lago me inyectaba energía por los cuatro costados. Y además, por qué no reconocerlo, debido a que iba en muy buena compañía. Ingredientes más que válidos para condimentar nuestro paso por un pueblo de corte medieval que merece la pena y cuyo paseo de ronda por las murallas del castillo resulta fantástico (y gratis).

 

 

En Mourão precisamente nos dimos un homenaje gastronómico “carnívoro” en el restaurante O Beiral (Rua Machado dos Santos 2, a una manzana de la Plaza de la República), donde preparan unas carnes a la brasa deliciosas. Un consejo para navegantes: El secreto ibérico (secreto de porco preto) y el pollo a la brasa (frango) son para chuparse los dedos. Y pedir el postre de la casa, una copa color blanco que exponen en una vitrina que honra el mundo del dulce y la repostería. Es un lugar en el que se puede comer muy bien por apenas 15€ por persona.

Reflejos en el Lago Alqueva (Alentejo, Portugal)Recogimos a nuestros amigos en la marina de Monsaraz tras venir del hospital con buenas noticias. Durante aquel día todos los amarres a puerto fueron a la primera. Y más con el equipo ya completo. Juntos abandonaríamos Monsaraz para buscar una zona más tranquila donde pasar la noche. Y para ello decidimos retornar al embarcadero de Mourão donde no había nadie más. El camino durante las últimas horas de la tarde fue magnífico, con el agua paralizada por completo y una luz perfecta para tomar fotografías.

 

 

Atardecer en el Lago Alqueva - Alentejo, PortugalLa guinda del pastel la puso un atardecer grandioso que no había tenido ocasión de vivir en muchos años. Aquello fue todo un espectáculo de luces y colores donde el escenario fue cambiando a cada segundo. Una sucesión de tonalidades que iban del naranja al rosado, pasando por el azul del cielo y los reflejos del agua del lago, nos llevó a creer que nos encontrábamos ante una de las puestas de sol de nuestras vidas.  No quitamos el ojo al horizonte hasta que se hizo completamente de noche. Y aún nos preguntamos si se podría repetir algo semejante…

 

 

4º día de viaje – Monsaraz y la buena vida del Alqueva

Monsaraz (Alentejo)El cuarto día fue, quizás, el mejor de todo el viaje en barco-casa por el Grande Lago Alqueva. Puede que fuera porque el clima nos acompañó rozando la perfección, porque el susto de nuestros amigos el día anterior se convirtió en agua pasada y, sobre todo, porque el bello pueblo de Monsaraz se ocupó de escribir con letras de oro el título de nuestro cuaderno de bitácora. No todos los días se tiene la suerte de visitar el que para muchos no sólo es el pueblo más bonito del Alentejo sino también de Portugal y eso había que aprovecharlo. Así que en el embarcadero de Monsaraz, a 4 kilómetros de la zona vieja del castelo y las murallas, tomamos uno de los taxis de los que nos informaron en Amieira Marina antes de partir.  Aproximadamente el coste fue de 4€/persona, ya que se necesitaron dos viajes para llevarnos a todos.

Monsaraz - AlentejoMonsaraz es el mejor ejemplo de los pueblos de frontera portugueses al otro lado del Guadiana. Si bienMarvão goza también de muy buena fama, el emplazamiento y las formas de la villa medieval de Monsaraz son del todo incomparables. Una almendra amurallada en la cúspide de una colina deja tres calles paralelas que nacen en un castillo cuyo patio se asemeja a un coso taurino. A partir de ahí todo se resume en caminar por el empedrado hasta Porta da Vila, disfrutar de las fachadas blancas que se vencen hacia la calle y asomarse de vez en cuando para darnos cuenta de las vistas de la campiña alentejana que tenemos a derecha e izquierda.

 

El grupo en Monsaraz (Alentejo, Portugal)Degustamos cada segundo en Monsaraz como si fuese el último del viaje. E incluso aprovechamos a seguir probando delicias gastronómicas alentejanas (abanico de cerdo, chuletas, migas a la alentejana, etc.) en la terraza del restaurante Casa do Forno (Travessa Sonabre, precio aprox por persona 15€) antes de reanudar la marcha.

 

 

 

 

Brindando en el barco-casa que alquilamos en el Lago Alqueva con Amieira MarinaDurante la tarde, ya en el barco, aprovechamos a emprender un regreso lento a nuestro destino de partida donde debíamos dejar el barco en apenas 24 horas. Íbamos con tiempo suficiente y, dado que nuestra intención pasaba por dormir en el embarcadero de Aldeia da Luz, nos detuvimos en mitad del lago antes de llegar para brindar con los buenos vinos que habíamos llevado con nosotros. Rozar los cristales de cada una de nuestras copas nos mostró el camino de la buena vida del Alqueva. El viaje estaba saliendo a pedir de boca y qué menos que expresarnos con el sabor de una botella de vino reservada para la ocasión.

 

Dándonos un baño en el Lago Alqueva (Alentejo, Portugal)Nos bañamos todos, no como el primer día en que tan sólo nos atrevimos dos de nosotros, sin importarnos que la temperatura del agua nos hiciese sentir sus grados de menos. No todos los días se tiene la suerte de darse un baño en un emplazamiento semejante, por lo que fue otra situación de celebrar el comienzo del verano dos meses antes de que llegara realmente. El barco-casa es algo que gusta para todo el año pero cuando el clima acompaña y uno se puede bañar en el lago, mucho mejor.

 

 

 

Atardecer en el Lago Alqueva - Alentejo - PortugalTodos éramos conscientes de que nuestro último atardecer en el Lago Alqueva tenía sabor a despedida. Y por eso todos nos reunimos a verlo una vez una vez amarramos el barco-casa en el muelle de Aldeia da Luz, el mismo que las flores habían pintado de amarillo y donde las vacas pastaban plácidamente con sus terneritos blancos. Sin ser tan glorioso como el de la tarde anterior, volvió a regalarnos un momento fantástico a un equipo de grumetes de medio pelo que habíamos pasado a ser capitanes de forma merecida.

 

 

Jugando al Party en el barco-casa de Amieira MarinaLa noche duró más de lo normal. Ninguno se quería ir a dormir. Estuvimos jugando al Party en una batalla chicos contra chicas que terminaron ganando ellas en el último segundo del encuentro con “un penalty con barrera” que les aupó al triunfo final. Sin duda el de llevar juegos de mesa al barco había sido una muy buena idea.

 

 

 

 

Nuestra última noche en el barco fue de luna llena. Y también de nostalgia. Estaba a punto de acabarse una de las mejores vacaciones de Semana Santa que habíamos pasado nunca.

Autor : Sele

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